La palabra metaverso evoca imágenes de avatares y mundos digitales inmersivos. Sin embargo, para los profesionales que nos dedicamos a la arquitectura corporativa, su impacto más inmediato no reside en la realidad virtual pura, sino en cómo esta tecnología está redefiniendo el puente entre lo físico y lo digital dentro del espacio de trabajo.
El metaverso es un universo virtual 3D compartido, en el que las personas interactúan como avatares a través de tecnologías como la realidad virtual (RV) y la realidad aumentada (RA). Por ello, cuando se habla de la oficina del futuro, el espacio de trabajo no es una isla; es un hub diseñado específicamente para integrar la colaboración remota avanzada y la realidad extendida (XR) de forma fluida.
Este desafío arquitectónico requiere ir más allá de colgar una pantalla grande en la pared. Exige una profunda reevaluación de la ergonomía espacial, la infraestructura tecnológica y la acústica sensorial de nuestros espacios de reunión.
El metaverso en la arquitectura corporativa, el reto de la equidad de presencia
El principal fallo de la videoconferencia tradicional es la desigualdad de experiencia. La persona sentada sola en una sala se siente desconectada de los participantes remotos, y viceversa. La arquitectura tiene el poder de mitigar esta disparidad. ¿Cómo? Una actuación: Salas de colaboración simétricas.

El diseño debe romper la jerarquía impuesta por la cámara frontal.
- Disposición cóncava o circular: Los diseños curvos o en forma de herradura permiten que cada participante en la sala se vea y se dirija directamente a la cámara desde diferentes espacios. Esto elimina la sensación de «espectador» y fomenta el compromiso.
- Pantallas 1:1 (life-size): Las pantallas deben ser lo suficientemente grandes como para mostrar a los participantes remotos a escala de persona. Esto mejora el contacto visual percibido y aprovecha la habilidad humana de leer el lenguaje corporal, vital para la negociación y la ideación.
- Posicionamiento de la cámara: La arquitectura debe prever la instalación de sistemas de cámara inteligentes que se centren en el orador o, mejor aún, que empleen cámaras distribuidas para capturar a cada persona individualmente, logrando una vista similar a la que se obtiene cuando todos están en un mismo plano.
Diseño para la realidad extendida (XR): Los ‘XR Hubs’
A medida que las empresas adoptan para la formación la realidad extendida (RE o XR), el prototipado y las revisiones de diseño (especialmente en sectores como ingeniería, moda o la propia arquitectura), la oficina necesita espacios dedicados: los ‘XR Hubs’, espacios físicos de trabajo diseñados específicamente para el uso intensivo de la Realidad Extendida (XR).
El término XR es un paraguas que engloba a la Realidad Virtual (VR), la Realidad Aumentada (AR) y la Realidad Mixta (MR). Por lo tanto, un XR Hub es un área dentro de una oficina, un campus corporativo o un centro de diseño que está arquitectónica y tecnológicamente optimizada para que los empleados puedan trabajar, colaborar, formarse o prototipar utilizando gafas, visores o dispositivos de inmersión.
En esencia, son la respuesta arquitectónica a la necesidad de llevar estas tecnologías de nicho a la operación diaria de la empresa.

La ergonomía del movimiento virtual
El uso de visores (VR) requiere movimiento, y el diseño debe acomodar la seguridad y el confort de los usuarios.
- Áreas de zona segura (Boundary): Los ‘XR Hubs’ deben ser espacios amplios, con un radio de movimiento despejado de al menos 3×3 metros por usuario. El suelo debe estar libre de obstáculos y preferiblemente con moqueta de alto tráfico para amortiguar el sonido de los pasos y proporcionar retroalimentación táctil sobre el límite.
- Infraestructura de techo: Es fundamental prever la instalación de sistemas de gestión de cables en el techo (o infraestructura para la futura alimentación inalámbrica) para evitar tropiezos, un riesgo de diseño crítico en la VR.
- Aislamiento acústico y visual: Los usuarios de VR a menudo hablan en voz alta y se mueven de forma impredecible. El ‘XR Hub’ debe estar acústicamente aislado para no perturbar a las oficinas adyacentes y visualmente opaco para evitar distracciones o la sensación de ser observado.
El Diseño del ‘portal’ (Realidad Aumentada)
La AR (a menudo usada en reuniones con tabletas o gafas ligeras) superpone información digital sobre el entorno físico.
- Superficies neutras y reflectantes: El entorno físico debe complementar la capa digital. El diseño interior debe usar colores neutros, mate y texturas sutiles para servir de «lienzo» ideal para la proyección de modelos virtuales 3D. Las superficies altamente reflectantes deben evitarse, ya que pueden crear artefactos visuales en la proyección AR.
- Iluminación controlada: La AR funciona mejor cuando la luz ambiental es constante y controlable. Se recomienda la iluminación direccional o zonal para que los participantes puedan atenuar las luces en áreas específicas de la mesa donde se proyectarán los modelos virtuales.
Acústica sensorial: El eje de la co-presencia en el metaverso
El verdadero metaverso en la oficina pasa por engañar al cerebro para que perciba a los interlocutores remotos como si estuvieran en la misma sala. Esto es primordialmente un problema de audio.
- Sistemas de audio espacializado: La arquitectura debe permitir la instalación de micrófonos de matriz y altavoces distribuidos que utilicen audio espacial. Esto significa que la voz de un colega remoto parece provenir de la posición física en la pantalla donde se encuentra su imagen, creando una sensación mucho más realista de «estar allí».
- Absorción en superficie de reunión: La mesa de reuniones, a menudo una superficie dura y reflectante, es el mayor enemigo de la claridad de audio. El diseño debe contemplar superficies de mesa con paneles acústicos integrados o el uso de materiales de madera porosa.
Veos, por lo tanto, que el metaverso no es un destino al que la oficina deba mudarse, sino una tecnología que debe ser diseñada dentro de ella. El papel de la arquitectura corporativa está alineándose con esta evolución y así ya no solo diseñamos espacios para la actividad física, sino interfaces para la interacción digital.
Al priorizar la equidad de presencia, la seguridad ergonómica de los ‘XR Hubs’ y la inmersión acústica, entre otros factores, estamos elevando la oficina de un simple contenedor de personas a un integrador de experiencias.