La oficina 3.0 y las nuevas tecnologías se aúnan para lograr una mayor productividad y conciliación
Ésta fue la conclusión principal de la novena edición del IFMA España Workplace Summit, un evento en el que profesionales del sector nos dimos cita para reflexionar sobre las últimas tendencias en espacios de trabajo y la evolución que éstos han tenido en los últimos años.
Si hay algo en lo que todos los ponentes estuvieron de acuerdo es en la creciente necesidad de las empresas de crear espacios que favorezcan la sostenibilidad y mejoren la calidad de vida de sus empleados.
La forma de trabajar ha cambiado
Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, el espacio de trabajo ya no se concibe como un espacio físico, sino virtual, a través de internet, donde todos los empleados permanecen conectados al alcance de un click. Por ello, la clave del futuro está en adaptar los espacios del trabajo a este nuevo mundo interconectado, de forma que cubran las necesidades que los empleados tienen.
[Tweet “La clave del futuro está en adaptar las #oficinas a este nuevo mundo interconectado”]
Los empleados ya no acuden a las oficinas para realizar trabajos de forma individualizada, ya que éstos pueden hacerse desde cualquier lugar. Ahora si un trabajador acude a una oficina lo hace por la necesidad de reunirse con otras personas para sacar adelante los proyectos en común.
En las oficinas 3.0, al menos el 60% del espacio está destinado a salas de colaboración.
Lo más importante que tienen las empresas es su capital humano, y por tanto es necesario que establezcan políticas para cuidar el bienestar de sus empleados, ya que esto repercute directamente en su productividad. Así, es necesaria la posibilidad de conciliar la vida laboral con la familiar y la flexibilidad horaria.
[Tweet “La #empresa debe cuidar el #bienestar de sus empleados, pues repercute directamente en su #productividad”]
Los expertos subrayan también la importancia de tener en cuenta los valores y las necesidades de cada empresa, pues no todas son iguales, y no todas requieren los mismos cambios.
Por último, el componente de eficiencia y sostenibilidad está adquiriendo protagonismo, y cada vez más, las compañías son consientes de la importancia de tener inmuebles inteligentes que puedan gestionarse de una forma mucho más estratégica.