De tener que ir a la oficina, a querer ir a la oficina

El modelo de trabajo está viviendo en una revolución permanente, y no solo por la implantación masiva del teletrabajo y/o los sistemas híbridos. Nos encontramos ante una gran oportunidad para avanzar hacia una mejor gestión del talento y una nueva manera de interpretar los espacios laborales, más humana, experiencial y sostenible.

No solo ha cambiado el cuándo y el dónde se trabaja, sino también el cómo y el por qué.

Para empezar, cambiará lo que entendemos por jornada laboral, puesto que cada día tienen más fuerza propuestas como la jornada de 7 días, es decir, la filosofía “trabaja cuando quieras de lunes a domingo”. Por lo tanto, hablamos de nuevas culturas organizaciones que conceden mayor autonomía a los empleados.

Tiempo de propósito, conectando con la marca

Ideas LLYC, en uno de sus informes, desgrana otras tendencias de gestión del talento, y nos llama especialmente la atención una que denominan “tiempo de propósito”.

“Las organizaciones facilitarán que sus profesionales dediquen parte de su jornada laboral a uno mismo, a actividades que fomenten su creatividad, su crecimiento personal y profesional, que les ayuden a estar más conectados con lo que son, que conecten el propósito corporativo con el propósito personal”.

Según el Informe Ideas LLYC, con la pandemia los vínculos casuales, aquellos que establecías en el ascensor, por los pasillos o en la cocina, han desaparecido.

“La conexión con la compañía en su conjunto parece haberse debilitado hasta convertir las organizaciones en una tribu de tribus. Equipos que funcionan perfectamente cohesionados entre ellos, con unas cuotas altísimas de productividad pero que, sin embargo, no conectan con el resto de la organización”.

Será, por ello, necesario crear espacios nuevos, adaptados a las nuevas dinámicas de las compañías, que faciliten las relaciones interpersonales.

Fortalecer la conexión con el talento y la marca no solo implica cubrir los beneficios básicos como el salario sino tener en cuenta los aspectos emocionales. El compromiso de las plantillas está directamente relacionado con la cultura de compañía. Una cultura que para anclarse necesita también un espacio de trabajo alineado con el ADN corporativo.

El tercer espacio y la experiencia del talento

Como tercera tendencia, este informe habla del tercer espacio. Más allá de la oficina o del hogar, los espacios de coworking o las cafeterías, entre otros, se han convertido en entornos idóneos para trabajar. Lo importante de estos espacios es la experiencia del talento.

Y con todo este abanico de espacios, pasaremos de tener que ir a la oficina a querer ir a la oficina. Por lo tanto, estamos ante el reto y la oportunidad de convertir los entornos laborales en esos lugares de encuentro, de conexión con la marca y su propósito, a los que los trabajadores quieren acudir. Es decir, de ofrecer a través de la arquitectura corporativa una mejor experiencia laboral.

Un último apunte que nos aporta el citado informe: Según Gartner, se espera que en 2026 el 60 % de las grandes compañías utilicen esta estrategia para transformar sus modelos de negocio y conseguir mejores niveles de experiencia de clientes y empleados. ¿Están los espacios de trabajo preparados?