Experiencia de empleado, autonomía y colaboración, ¿están las oficinas preparadas?

autonomía

El 2020 fue el año del teletrabajo, el 2021 el del formato híbrido, el 2022 el de la flexibilidad y en 2023 ¿el concepto clave será el de la autonomía?

En los últimos años, el modelo de trabajo vive en una revolución continua. No solo ha cambiado el cuándo y el dónde se trabaja, sino también el cómo y el porqué, y esto depende también de las personas, lo que significa un cambio de paradigma que merece una reflexión.

Este nuevo modelo reclama formas trabajo mucho más asíncronas, bajo la filosofía: trabaja cuando quieras de lunes a domingo, en el horario que más te convenga. El nuevo modelo prioriza también el trabajo en equipo o colaborativo.

Y para que esa filosofía se implante realmente en las culturas corporativas, la confianza se ha tornado en un ingrediente clave. Una investigación de ManpowerGroup señala que las organizaciones deben escuchar, adaptarse y responder a lo que los trabajadores quieren. Para los colaboradores es importante contar con un equipo en el que confían (79%), seguido por una gerencia que brinde apoyo (74%) y líderes en los que puedan confiar (71%).

De acuerdo con un estudio sobre el trabajo híbrido realizado por la empresa Jabra, el 61% de los trabajadores desea que sus empleadores les permitan acudir a la oficina o en su defecto trabajar desde casa cuando así lo estimen oportuno. Y este dato evidencia que, cuando los empleados hablan de flexibilidad, lo hacen en realidad de autonomía.

¿Será la autonomía un concepto clave en el 2023?

La concesión de una mayor autonomía a los empleados puede traducirse en una mayor satisfacción de los trabajadores, uno de los factores que más incide en la productividad de la empresa.

La autonomía laboral es la libertad que se le otorga al empleado para controlar determinados aspectos de su actividad profesional en la empresa, es decir, cederle la capacidad de decisión sobre determinados aspectos. Esto puede hacer referencia a la flexibilidad de horarios, al cómo ejecutar su actividad, a qué herramientas va a utilizar o a la autogestión del tiempo.

Por otro lado, los empleadores deberán brindar el bienestar físico y mental de las personas, que ya no se considera un beneficio, sino una estrategia fundamental para el éxito.

autonomía

Estos cambios en las relaciones laborales están transformando la forma en la que se piensan los espacios de trabajo, y generan la necesidad de crear comunidad dentro de las organizaciones.

Los espacios de trabajo van más allá de trabajar desde la oficina o desde el hogar. Los terceros espacios cobran cada día más importancia. Un espacio de coworking, una cafetería o la sala de espera de un aeropuerto se han convertido en nuevos entornos de trabajo.

Y en este contexto, los principales requisitos del lugar de trabajo del futuro son: flexibilidad, autonomía y tecnología, especialmente para la colaboración.

Los empleados quieren que las empresas entiendan sus necesidades como trabajadores y esperan una mejor experiencia.

Según un reciente informe publicado por Mckinsey, el 53 % de las compañías en Estados Unidos están sufriendo rotación no deseada y un 40 % de los profesionales se plantean cambiar de trabajo en el corto plazo.

Retener el talento hoy en día no solo implica cubrir los beneficios básicos (salario, incentivos…) sino tener en cuenta los elementos emocionales. El engagement está directamente relacionado con la cultura y la experiencia del empleado.

Y aquí la cuestión es: ¿Cómo puede la oficina proporcionar una mejor experiencia de trabajo para los empleados?

Por un lado, hay trabajadores que quieren tener espacios de trabajo individuales así como de colaboración, pero no asignados. Por otro lado, hay empleados que quieren un espacio asignado.

Se trata de poder elegir el espacio ideal que se adapte a su actividad y preferencias. Por lo tanto, de crear un entorno al que las personas quieran ir, no al que tengan que ir.

Por ello, en plug&go entendemos que la Arquitectura Corporativa tiene que conectar con la estrategia, la cultura, los objetivos y el propósito del cliente. Además, tiene que entender en qué momento está esa compañía y sus personas.

Por ello, cuando en plug&go abordamos un proyecto lo que intentamos es plantearnos el por qué de las cosas y no el para qué.